24 de diciembre, 18:00 hrs.
Dice Santa María:
Amados hijitos míos, ha comenzado el momento de transitar lentamente el sendero del más puro y divino amor, el sendero de la comprensión, la humildad, la sencillez, el perdón, la unidad, la paz y el amor más puro que parte del corazón de mi amado Hijo JESÚS, el amor que viene desde vuestro Padre a traerlo a cada uno de sus amados hijos e hijas y la palabra para que a través de ella encontréis el verdadero sendero y nunca ya más os desviéis de él; la luz que irá alumbrando para que veáis las pisadas que os dejó marcadas mi Hijo sobre toda la tierra. Y en este día tan especial, donde el cielo y la tierra se regocijan entre oraciones y alabanzas, os entrego una lluvia de rosas de mi jardín celestial para que toquen el corazón de cada uno de vosotros y hagan crecer las conversiones en todo vuestro mundo, y para que crezcan a su vez también las vocaciones sacerdotales entre mis amados pequeños y pequeñas, que estén al lado del que sufre, de aquel que no posee nada, del que no tiene un lugar donde morar, y os pido que en esta noche tan especial, en el corazón de cada uno de vosotros, tengáis dispuesto un lugar de privilegio para mi amado pequeño, para mi Hijo, vuestro Hermano, en el día de su nacimiento, y cuando sean las 24, hagáis una oración de amor y que parta desde lo más profundo del corazón de cada uno, por todos vuestros hermanos, por vuestra tierra y todo el Universo, por vuestros Pastores, por vuestro Papa, por los que están a vuestro lado y aquellos que desde el REINO DE LOS CIELOS OS ESTÁN OBSERVANDO JUNTO A LOS COROS CELESTIALES Y JUNTO A NUESTROS CORAZONES; rezad por la paz en los corazones de vuestros hermanos, por la paz de vuestro mundo, para que crezca cada día más y más el llamado a la unidad, la reflexión, el encuentro y caminéis en la unidad del gran rebaño junto a mi morada, para estar al lado de mi Hijo y a través de Él del Padre y del Espíritu Santo, para que hoy todos limpiéis vuestros corazones y vuestras almas de todo pecado y os convirtáis en luz para recibir el Cuerpo y la Sangre, para estar unidos a JESÚS, para amarlo y escuchar sus palabras y ser verdaderos misioneros de vuestro mundo, llevando y comprometiéndose cada uno de vosotros a ser la luz a través de la palabra y el hermano eterno en la unidad de las almas.
Hoy os convoco a la oración y a meditar de las palabras escritas en el LIBRO SAGRADO, EN EL ETERNO REZO DEL SANTO ROSARIO, LA CORONILLA, EN EL HACER AYUNO, EN REZAR POR VUESTROS PASTORES Y POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO, POR LOS NO NACIDOS Y POR UN SÍ PROFUNDO QUE PARTA DESDE EL CORAZÓN DE CADA UNO DE VOSOTROS A LOS NACIMIENTOS Y AL MÁS PURO Y DIVINO AMOR.
Hijitos míos, os llamo a que a partir de hoy deis vuelta la página de una vida sin luz, llena de tinieblas y oscuridad, y comencéis todos a caminar rumbo al más divino y puro amor que os quiere entregar CRISTO JESÚS, que os quiero dar yo, vuestra Madre, en la unidad con todos los Santos, Ángeles y Arcángeles y que todos podáis gozar de armonía y paz. Os pido que reflexionéis y no permitáis que os guíen nunca más por un camino de oscuridad, que sepáis discernir entre el bien y el mal, que comprendáis que al uniros todos y rezar, cegaréis al ángel desterrado y seréis libres, rompiendo todas las cadenas que no os permiten avanzar y liberaros de la inmensa noche que viene descendiendo sobre vosotros; romped las cadenas y las ligaduras y daos cuenta que sin CRISTO JESÚS, nada sois y nada seréis, no tenéis vida, ni armonía, ni justicia, ni paz, todo lo contrario, viven en un mundo de egoísmo y eterna oscuridad por vuestros pecados. Por ello os llamo a la unidad de todos y de todas la religiones, no os peleéis más, o no os podéis dar cuenta que sois todos hijos e hijas amadas de CRISTO JESÚS, por qué seguir separados, seguir peleándose, discutiendo y queriendo callar la voz de vuestros hermanos, si sois todos hijos e hijas del mismo Padre. Por amor, os ruego la unidad y que a partir del día de hoy os deis cuenta que si no os unen, todo se ha de perder y el sufrimiento cada día que transcurra os irá llevando más y más por el sendero de la eterna oscuridad. Os amo. GLORIA ETERNA A CRISTO JESÚS. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
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