En 1962, varios miembros de nuestra familia fuimos testigos del "milagruco", ocurrido en Garabandal (San Miguel Arcángel dio la Sagrada Comunión a Conchita González). Ahora, cincuenta años después, esperamos que terminen de cumplirse las profecías de la Virgen. En este blog nos proponemos recoger -en castellano, inglés, francés, portugués, italiano...- algunos mensajes del Cielo a hombres y mujeres de Dios, en nuestros tiempos. Son continuación de lo que la Virgen anunció en Garabandal, entre 1961 y 1965. Si se leen despacio, son fuente de oración, y de amor a Dios y a nuestros hermanos de todo el mundo. Conviene advertir que, mientras caminamos en esta vida, vamos hacia la luz de la verdad a través de sombras e imágenes veladas. Por eso, no podemos alcanzar aún un discernimiento pleno de estos mensajes. Durante el "Aviso" el Señor disipará nuestras dudas e incertidumbres. Para comprender mejor el contenido del blog, se puede leer la página sobre GARABANDAL.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Vidente de Jaén (25 dic 2011)


La Comunión reparadora es un acto de piedad tan grande, que pocas almascomprenden el inmenso bien que supone para la Iglesia (Yo, Jesús, os hablo)
25 diciembre, 2011
Hijos Míos, la Comunión reparadora es un acto de piedad tan grande que pocas almas comprenden el inmenso bien que supone para el Cuerpo Místico de la Iglesia, pues aunque es el alma quien hace el acto y lo decide, Soy Yo, Jesús, quien repara con Mi ofrecimiento en la Eucaristía. Yo, Jesús, os hablo
La Santa Misa que se ofrece para reparar los pecados, excesos y errores en Mi Santa Iglesia, es lo mismo que la Comunión reparadora, que Soy Yo, Jesús, quien se ofrece y su valor es ¡infinito! Por eso, hijos Míos, almas de Mi Divino Corazón que Me amáis y deseáis resarcirme de tanta ignominia, cuando vayáis a comulgar, aunque lo hagáis con otras intenciones, también necesarias, hacedlo por reparar a Mi Cuerpo Místico y los pecados contra la Eucaristía y de esta forma reparáis por todos aquellos que Me reciben indignamente y lo hacen en pecado. Yo, Jesús, os hablo.
La reparación es algo que pido y deseo ardientemente, porque hijos, no podéis imaginar la de pecados atroces que se comenten contra el Santísimo Sacramento, hasta el punto que si lo supierais, pensaríais que porqué lo instituí cuando Yo sabía de sobra lo que sucedería. Sacerdotes que celebran en pecado, sin ningún indicio de arrepentimiento. Fieles que han hecho de la Eucaristía un acto social, sin fe, ni amor, sin nada hijos Míos. ¡Cuántas ingratitudes, excesos y ultrajes tenemos que soportar Mi Amadísima Madre y Yo! ¡Cuántas hijos! ¡Cuanto!
Quien Me recibe en las debidas disposiciones, considerándose indigno de tan grande don, con fe, amor y respeto, se beneficia mucho de Mi Santa Eucaristía y a la vez beneficia a otros, porque aunque en la Eucaristía hay muchos abusos y sacrilegios, también hijos Míos, hay quien Me glorifica a través de Ella y se benefician ellos y el Cuerpo Místico que es Mi Iglesia. Yo, Jesús, os hablo.
En consideración de esas muchas otras almas que contemplé al instituir la Eucaristía que les beneficiaria, Yo seguí adelante para que esas almas que Me reciben y Me recibirán a lo largo de los siglos como Yo deseo, no les falte el Pan Celestial de cada día y que pedís en el Padrenuestro: el Pan Nuestro de cada día dánosle hoy (…) Yo, Jesús, os hablo, instruyo y bendigo de todo Corazón a quien leyendo estos mensajes los propagan y los ponen en práctica.

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