En 1962, varios miembros de nuestra familia fuimos testigos del "milagruco", ocurrido en Garabandal (San Miguel Arcángel dio la Sagrada Comunión a Conchita González). Ahora, cincuenta años después, esperamos que terminen de cumplirse las profecías de la Virgen. En este blog nos proponemos recoger -en castellano, inglés, francés, portugués, italiano...- algunos mensajes del Cielo a hombres y mujeres de Dios, en nuestros tiempos. Son continuación de lo que la Virgen anunció en Garabandal, entre 1961 y 1965. Si se leen despacio, son fuente de oración, y de amor a Dios y a nuestros hermanos de todo el mundo. Conviene advertir que, mientras caminamos en esta vida, vamos hacia la luz de la verdad a través de sombras e imágenes veladas. Por eso, no podemos alcanzar aún un discernimiento pleno de estos mensajes. Durante el "Aviso" el Señor disipará nuestras dudas e incertidumbres. Para comprender mejor el contenido del blog, se puede leer la página sobre GARABANDAL.

jueves, 5 de enero de 2012

Enoc (3 ene 2012)

TENED EN CUENTA VUESTROS PECADOS DE OMISIÓN, PARA QUE HAGÁIS UNA BUENA CONFESIÓN
SANTUARIO MARÍA SANTIFICADORA.  ALTO DE GUARNE (ANT)
ENERO 3 / 2012  1:10 P.M.

     Amadísimos hijitos de mi corazón, que la paz de Dios esté con todos vosotros y mi santa protección os asista siempre.
Hijitos, alabad y bendecid la gloria de Dios, porque grande es su amor y eterna es su misericordia.  No temáis, os lo digo una vez más pequeños míos, nada os pasará si permanecéis unidos a vuestro Padre y Madre celestial. Hijitos, en cualquier momento todo se desatará, permajeced en gracia de Dios, para que el llamado de mi Padre no os coja por sorpresa y tengáis que experimentar en vuestras almas el fuego de la purificación espiritual.  Haced una buena confesión de vuestras faltas, ante mis hijos predilectos; tened en cuenta vuestros pecados de omisión, para que hagáis una buena confesión.  A continuación os hago una lista de pecados de omisión, para que los tengáis en cuenta y confeséis lo más pronto posible.
Malos pensamientos contra vuestro prójimo, recibir en la Eucaristía a mi Hijo, sin el debido honor y respeto; no desagraviar a mi Hijo, por todas las comuniones que se hacen al recibirlo en la mano; estar distraídos en la Santa Misa, no meditar el Santo Evangelio, vestir indecorosamente  o descomplicadamente para asistir a la Santa Misa; no prepararse con oración, antes de la confesión y la comunión; ir a la Santa Misa, sólo por cumplir; no hacer el propósito de enmendar las faltas cometidas; no destinar el tiempo necesario para la oración, pasar de largo ante el Sagrario, no orar por los difuntos, no rezar el Angelus, no alabar a Dios y darle gracias al levantarse y al acostarse; la falta de caridad con vuestros hermanos, no rezar el Santo Rosario con devoción, no leer la Santa Palabra de Dios y meditarla, dudar de la misericordia de Dios, tener poca autoestima, abstenerse de comer por espacio de media hora antes o después de recibir la comunión, ser pesimista y negativo, orar a las carreras, sin meditar en la oración, comulgar sin escuchar la Santa Palabra de Dios, salir del templo sin terminar el santo sacrificio y no recibir la bendición.  Todos estos son pecados de omisión, que se van acumulando y se van volviendo en faltas graves; tened pues muy presente todo esto para que hagáis una buena confesión; rezad antes de confesaros y comulgaros el acto de contrición y el salmo 51, para que seáis irreprochables ante mi Padre y os de su bendición.
Hijitos míos, la cercanía del aviso, llama a la conversión; estad pues alerta y vigilantes, porque cuando menos penséis, mi Padre tocará a la puerta de vuestras almas, para despertar vuestras conciencias y mostraros el estado en que os encontráis ante Dios y vuestros hermanos
Hijitos, mi Padre no sólo quiere mostraros el estado de vuestras almas, sino también el estado en que se encuentran las almas de vuestros antepasados y familiares difuntos en el purgatorio, para que cuando regreséis a vuestros cuerpos, oréis por ellos más intensamente y ofrezcáis vuestra purificación por su eterno descanso, para que os ayuden a interceder y batallar con vosotros, y así, unidos al ejército triunfante y a vuestra Madre Celestial, derrotemos de la faz de la tierra al príncipe de este mundo y sus huestes del mal.  Recogeos pues mis pequeños, en oración y alabanza, porque la batalla por vuestra libertad ya comenzó; colocaos vuestra Armadura Espiritual a mañana y noche; rezad mi Santo Rosario; consagraos a mi Corazón Inmaculado, y la preciosísima Sangre de mi Hijo; orad a todo instante, para que las fuerzas del mal no puedan haceros daño. Consagrad a mi Corazón Inmaculado, vuestro descanso nocturno; acordaos que es en la noche, donde el ejército de mi adversario estará más activo; no se os olvide sellar vuestros hogares e hijos y familiares y todo cuanto Dios os ha dado, con la Preciosa Sangre de mi Hijo; todos los días y sus noches bendecid a vuestros hijos y familiares, así: una bendición por el Padre, otra bendición por el Hijo, otra por el Espíritu Santo y una  bendición por mi santa intercesión; no olvidéis la oración de protección de vuestro amado Miguel el conjuro de lo Ángeles y el rezo a vuestro Ángel custodio, tan necesario en estos últimos tiempos.  Acatad pues las instrucciones que os iremos dando a través de nuestros profetas e instrumentos de estos últimos tiempos y os aseguro que la paz de Dios estará con vosotros.  Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad.  Vuestra Madre, María Santificadora.
Bendición de María Santificadora: Cúbrenos
Bendición de María Santificadora: Ampáranos
Bendición de María Santificadora: Guíanos
Bendición de María Santificadora: Santifícanos y llévanos a la gloria del Padre. Amén.  Rezar las 7 Ave Marías en honor a nuestra Madre Santificadora.

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