(en esta misma dirección se pueden ver los mensajes de los días 1, 2, 3, 4 y 5 de enero).
Dice Santa María:
Cada día que transcurra, hijo mío, veréis nuevos nacimientos entre
vuestros hermanos, nacimientos a la vida, al amor y a la esperanza, nacerán de
vuelta porque veréis que, a medida que vayáis caminado entre ellos, hablándoles
y llevando mis palabras, nacerán a una nueva vida y comenzarán las conversiones
que tanto el cielo se regocija por cada una de ellas.
Seguid caminando, seguid hablando, no dejéis nunca un sólo hermano o
hermana sola cuando os llaman, id urgente ante la presencia de ese hermano o
hermana que os necesita, recuerda siempre que tú sois un instrumento del amor
de CRISTO JESÚS, que sois un misionero de mi morada y que debéis cumplir
siempre con la palabra que nos disteis y sed obediente y humilde siempre,
seguid hablando con la lengua de la verdad, no os sintáis mal cuando os atacan
y caminad, más allá que veréis que muchos de vuestros hermanos cada día os han
de atacar más y más, pero sé que no has de renunciar jamás porque sientes amor,
y porque ese amor que tenéis en vuestro corazón, crece día a día y minuto a
minuto. Por ello tenéis que unir a todos vuestros hermanos que están en el
mundo bajo el manto de misericordia y de amor que emana mi Corazón de Madre de
vosotros y de mi amada Iglesia, y tenéis que salir a caminar, tenéis que
proseguir y crear en todo lugar centros de oración, Cenáculos y siempre hacer
que el mundo comprenda que sólo el amor, la fe, la oración, el rezo del Santo
Rosario y la Coronilla han de salvar al mundo, y tenéis que haceros comprender
que tienen que venir a mi morada y confesar sus pecados, arrepentidos desde el
corazón, y al confesar y dejar sus corazones y sus almas limpias, recibid el
Cuerpo y la Sangre de mi Hijo e id en la búsqueda de aquellos hermanos que se
encuentran entre las tinieblas, id al encuentro de aquellos que están enfermos
del cuerpo y del alma, aquellos que no creen y están solos y perdidos, traedlos
frente a la presencia del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Os pido y os ruego, tenéis
un año para hacer que cada uno de vuestros hermanos os unan en oración, para
que sean verdaderos peregrinos del amor y para detener todo intento de guerras
y muerte sobre los continentes; id al encuentro de todos vuestros hermanos que
profesan distintas religiones, habladles desde el corazón y con total respeto y
amor, son vuestros hermanos y están unidos a través de vuestro Padre, tenéis
que hablar, tenéis que volver a caminar todos juntos por el mismo sendero,
tenéis que dejar atrás todo lo que ha sucedido, amados hijos, el pasado ya os
lo dice la palabra, ya no está, tenéis que estar unidos para luchar contra las
fuerzas del mal, contra el ángel desterrado, pero unidos, abriendo un mundo
nuevo y proyectando un futuro para todas las generaciones que vienen detrás de
vosotros, e inclusive para vosotros, para que viváis en armonía y paz, para que
comprendáis que no podéis seguir peleando ni discutiendo más, que no podéis
dejar más hermanos que pasen hambre, frío y vivan en la más cruel injusticia en
vuestro mundo, vuestro Padre os entregó el mundo para que todos disfrutarais de
él, para que compartáis entre todos, para que seáis felices y viváis en armonía
entre todos.
Os ruego, comprended mis palabras y nunca dejéis de buscar la armonía y
la paz, y siempre recordad de entregar de vuestras manos la luz divina del
amor, la Llama Eterna de nuestro amor y la paz a cada uno de los que sufren
porque no comprenden y están tristes y perdidos en un mundo de tinieblas e
inmenso dolor. Vosotros sois hermanos e hijos del mismo Padre, no lo hagáis
sufrir más, no hagáis llorar a mi Corazón de Madre de todos vosotros. Yo le he
pedido a mi Señor que me permitiera a través de vosotros hablarle al mundo y
que me vieran y aparecer en distintas partes de los continentes, y hacer crecer
la fe y la esperanza en los corazones de mis pequeños, para salvar sus almas de
la condena eterna, para que cambien su rumbo, para que se vuelvan a acercar
cada día más a mi amado Hijo y para que comprendan que entre todos salvaréis el
mundo, y junto al mundo, salvaréis a millones de hermanos y hermanas vuestras,
en la unidad os salvaréis, pero esa unidad tiene que estar unida al amor, la
misericordia y la paz. Os pido y os ruego, volved a mi morada, volved al gran
rebaño, volved a caminar en total unidad, basados en la esperanza y la oración,
yo os prometo que donde estéis unidos orando, he de estar junto a mi amado Hijo
entre vosotros, y a todos aquellos que desde lo más profundo de vuestros
corazones me pidáis con amor, mi Señor, vuestro Padre, os dará lo que pidáis,
porque tenéis que saber y comprender siempre que sois hijos de un Padre
bondadoso y que os ama a todos vosotros, queridos hijitos míos. Volved al
sendero de la luz y caminad rumbo a mi morada y a levantar la Gran Nación
basada en los Sagrados Evangelios y en el amor de CRISTO JESÚS. Os amo. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA
IGLESIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario