La Virgen con el Niño y San Juan (Correggio) |
(The Warning) (El Aviso de Dios)
— 13 dic 2012, 06:11 pm (Mensaje de Jesucristo - Reseña) (Humility is more than just the acceptance of suffering. It is a powerful means of defeating evil — La humildad es más que solo aceptar el sufrimiento. Es una poderosa manera de derrotar el mal)
El Señor nos anuncia que el don de la humildad debe ser ganado. Nunca debe confundirse con la cobardía. La humildad de Jesús fue lo que confundió a Satanás, que es arrogante, presumido, mentiroso y lleno de amor propio y odio. La batalla de las almas fue ganada con un acto de humildad, en la Pasión del Señor. Es imposible para la bestia sentir la humildad. Satanás quedó sorprendido de que Jesús no manifestara externamente su majestad y autoridad, sino que se dejara insultar, burlar, flagelar, etc., por sus verdugos, y que los perdonara. Así es como la humanidad fue salvada del pecado. Así como Jesús ganó la primera batalla, también ganará ahora la segunda. Satanás quiere tentar a muchos hombres incitándoles a que no admitan la existencia de Dos, o que ignoren la llamada actual del Dios desde el Cielo. Por otra parte están los ministros de Dios que, juntos con el grupo de la elite, tratan de destruir millones de seres humanos, y de bloquear la difusión de la Palabra de Dios y perseguirla. Lo que ahora le preocupa más al Señor es salvar a los ateos y a los jóvenes alejados de Dios. Por lo demás, no hemos de dar frente a los que atacan la Palabra de Dios. Lo que Jesús nos pide es que nos mantengamos cerca de Él, aunque recibamos insultos, burlas y presiones para que no admitamos que es Jesús el Rey de la humanidad quien nos habla a través de estos mensajes. Jesús nos pide que recemos intensamente por ellos. Mirémoslos como hijos de Dios que son, hijos pequeños, confundidos, que no saben lo que hacen. Así también los ve Dios Padre. Cuando rezamos por ellos causamos una gran herida a Satanás que pierde el control sobre la persona por la que rezamos. La humildad es más que sólo aceptar el sufrimiento. Es un medio poderoso para derrotar el mal. Al rezar por los que nos atormentan, damos Señor un gran regalo de verdadero amor. Jesús nos continuará instruyendo. En este tiempo de gran apostasía es cuando deben difundirse el Evangelio y los mensajes que ahora recibimos del Señor en su campaña para salvar a las almas.
2. Sharon Fitzpatrick (Pana, Illinois, USA)
(Petals from Heaven)
— 13 dic 2012 (Mensaje de Nuestra Señora - Reseña)
Los tiempos actuales son peores de aquellos en los que vivía Jesús. Ahora, el Señor espera amor, perdón y misericordia. Él vendrá una vez más a salvar a la humanidad. Somos bendecidos por ser parte de este plan. Él vendrá inesperado y sin que lo notemos. . Los ángeles no anunciarán su tiempo, sino que lo acompañarán cuando esté delante de todas las creaturas. Nosotros hemos sido preparados y preservados a través de las pruebas que han venido. Recibiremos a Jesús con asombro y alegría. Él nos saludará con una sonrisa, pues somos sus elegidos. ¡Qué maravilloso será ese momento! Comenzarán los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra. Estamos en el Adviento del gran acontecimiento. El mundo padece por falta de amor. No hay luz y no hay sabiduría. Nuestra Señora desea que aprovechemos este Adviento para la conversión de los pecadores y para restaurar la esperanza a los que no la tienen. María nos ama y quiere darnos un nuevo don. Se trata de una nueva gracia que nos sostenga hasta la venida de Jesús. Podemos compartir esta gracia con otros, que no sabrán de dónde viene este don, porque lo compartiremos por medio de nuestras almas. Ellos experimentarán un despertar y también se prepararán para la venida de Jesús. Permanezcamos humildes en este tiempo, sabiendo que sólo somos instrumentos escogidos para compartir con otros durante los grandes eventos de este tiempo. María nos besa a cada uno. Acoge a nuestras familias y a los que amamos, que también recibirán un don, cada uno el que necesite. María nos pide que consideremos lo que hemos recibido hoy, que agradeceremos por siempre.
3. Vidente de Jaén (Jaén, España)
(A Dios lo que es de Dios)
— 16 dic 2012 (Mensaje de Jesucristo - Mensaje completo) (Yo soy la Luz del mundo y la Luz de las naciones, nadie puede salvarse sin contar conmigo)
"Y la Luz vino al mundo y no se le reconoció (Jn 3,19). Yo, Jesús, os hablo.
Hijos Míos, que espantoso es ver que andáis ciegos por caminos de perdición y no queréis saber nada Conmigo que Soy la Luz del mundo. Estáis tan influenciados de doctrinas y filosofías vanas y vacías que creéis que sabéis mucho y ni siquiera sabéis el camino que debéis seguir para salvaros. Ni siquiera podéis salvar vuestra alma porque no la sabéis guiar, y pretendéis aconsejar y guiar a vuestros amigos e hijos y los guiais mal, y a su vez, ellos guían mal a otros creyendo además que están en la verdad. Yo, Jesús, os hablo.
Todo aquel que camine fuera de Mí está en la oscuridad y no tiene luz. Yo Soy la Luz del mundo (Jn 8,12) y la Luz de las naciones, nadie puede salvarse sin contar Conmigo. Yo Soy el Buen Pastor, el Redentor, el Hijo del Altísimo, y todo lo puedo, puedo salvar y condenar. Yo, Jesús, os hablo.
Pero Mi amor hacia vosotros, ovejas Mías perdidas, es tan grande que deseo salvaros aun a costa del rechazo que Me tenéis y de lo que Me ignoráis. Deseo salvaros de los pasos tan desacertados que dais. Sí hijos, sí, Yo os amo como nadie jamás os puede amar, ni siquiera todas las personas juntas que os aman: padre madre, hermanos, hijos, cónyuges o demás os pueden amar como Yo os amo, y por eso, porque os amo, es por lo que deseo que no Me ignoréis, que consideréis Mis leyes, Mi mandamiento del amor: amaos unos a otros (Jn 15,17). Sí hijos, sí, considerad Mi Santo Evangelio y os cambiará la vida en todos los aspectos, porque Mi carga es ligera y Mi yugo suave (Mt 11,30). Yo, Jesús, os hablo.
Sembrad amor en vuestro en derredor, sembrad paz y concordia, no sigáis el juego a Mi enemigo mortal Satanás que solo desea veros hundidos en el abismo eterno, pues tanto como Yo os amo, tanto el os odia y desea perderos eternamente. Yo, Jesús, os hablo.
Hijos, Yo os hablo. Me dirijo a vosotros, a todos los que leen y propagan estos escritos, por eso, escuchadme a través del mensaje que traigo en ellos y os lo repito una y otra vez, venid hijos Míos, venid a Mi Divino Corazón (Mt 11,28) y empapaos de Mi amor infinito. Yo, Jesús, os hablo y os bendigo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica".
* Año de la Fe. Palabras del Papa durante el Ángelus (3er. Domingo de Adviento, 16 dic 2012)
El Evangelio de este tercer Domingo de Adviento presenta nuevamente la figura de Juan el Bautista, y lo representa mientras habla a la gente que se dirige hacia él en el río Jordán para hacerse bautizar. Dado que Juan, con palabras penetrantes, exhorta a todos a prepararse a la venida del Mesías, algunos se preguntan: “¿Qué debemos hacer?” (Lc 3, 10.12.14). Estos diálogos son muy interesantes y se revelan de gran actualidad.
La primera respuesta está dirigida a la muchedumbre en general. El Bautista dice: “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo” (v. 11). Aquí podemos ver un criterio de justicia, animado por la caridad. La justicia pide que se supere el desequilibrio entre quien tiene lo superfluo y a quien le falta lo necesario; la caridad impulsa a estar atento al otro y a salir al encuentro de su necesidad, en lugar de encontrar justificaciones para defender los propios intereses. Justicia y caridad no se oponen, sino que ambas son necesarias y se completan recíprocamente. “El amor siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa”, porque “siempre se darán también situaciones de necesidad material en las que es indispensable una ayuda que muestre un amor concreto al prójimo” (Encíclica Deus caritas est, 28).
Y después vemos la segunda respuesta a algunos “publicanos”, es decir, recaudadores de impuestos por cuenta de los romanos. Ya por esto los publicanos eran despreciados, y también porque con frecuencia se aprovechaban de su posición para robar. A ellos el Bautista no les dice que cambien de oficio, sino que exijan sólo cuanto ha sido fijado (Cfr. v. 13). El profeta, en nombre de Dios, no pide gestos excepcionales sino, ante todo, el cumplimiento honrado de su propio deber. El primer paso hacia la vida eterna es siempre la observancia de los mandamientos; en este caso el séptimo: “No robar” (Cfr. Es 20, 15).
La tercera respuesta se refiere a los soldados, otra categoría dotada de cierto poder y, por tanto, tentada de abusar de él. A los soldados Juan les dice: “No hagan extorsión a nadie (…), y conténtense con su salario” (v. 14). También aquí, la conversión comienza con la honradez y el respeto de los demás: una indicación que vale para todos, especialmente para quien tiene mayores responsabilidades.
Considerando en su conjunto estos diálogos, llama la atención lo concreto de las palabras de Juan: desde el momento en que Dios nos juzgará según nuestras obras es allí, en los comportamientos, donde es necesario demostrar que se sigue su voluntad. Y precisamente por esto las indicaciones del Bautista son siempre actuales: también en nuestro mundo tan complejo, las cosas irían mucho mejor si cada uno observara estas reglas de conducta. Oremos entonces al Señor, por intercesión de María Santísima, a fin de que nos ayude a prepararnos a la Navidad dando buenos frutos de conversión (Cfr. Lc 3, 8).
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