Madonna con el Niño (Giovanni Bellini) |
(The Warning)
— 27 nov 2012, 08:08 pm (Mensaje de Jesucristo - Reseña) (My priests, you must not offend Me by declaring Me to be a liar - Sacerdotes míos, no debéis ofenderme al decir que soy un mentiroso)
El Señor nos advierte que seremos atacados por algunos que se llaman a sí mismos expertos y que despreciarán estos mensajes, o dirán que no tenemos derecho a decir que son verdaderos, o serán ministros de la Iglesia que se sientan ofendidos y nos pidan detener esta misión. Dirán que estos mensajes no vienen de Dios, o que proceden de una fuerza maligna, o que van contra las enseñanzas de la Iglesia. Tendrán que preguntarse ellos con qué derecho rechazan estos mensajes y por qué les tienen miedo. Efectivamente, hay muchos pseudo-profetas en la tierra, que no son auténticos y por los cuales conviene rezar. Es notable, sin embargo, que quienes reciben más ataques son los auténticos. El Señor no les ha concedido la autoridad para atacarlos. Cuando se revele la Verdad, en su día, sentirán mucha vergüenza. Lo que hacen es tratar de detener al Señor en su plan de salvación de la humanidad. Y esto es una ofensa muy sería contra Dios. Jesús nos da una nueva Oración de Cruzada (n° 86) para pedir que nos libre del tormento de las dudas.
2. Jabez (Ontario, Canadá)
(Jabez In Action)
— 1 dic 2012 (Mensaje de Dios Alfa y Omega - Reseña) (Every Family Needs To Have A Prayer Warrior - Cada familia necesita tener un Guerrero de la oración)
El Señor desea acompañarnos en nuestro viaje hacia la santidad. Él conoce nuestros miedos, nuestras frustraciones y nuestra impaciencia. Quiere que permanezcamos abiertos a la gracia, y no en estado de pecado mortal. Desea que confesemos nuestros pecados. A medida que los eventos se intensifican, necesitaremos permanecer unidos a Dios por la oración para ser fuertes y soportar las pruebas terribles que se avecinan. Hay mucha persecución por delante. Recemos sin cesar. Pasemos tiempo con el Señor, en adoración. Él nos dará instrucciones cada día si le abrimos el corazón. Miremos a la cruz para recibir fuerza. Permanezcamos llenos de fe y llevémosles a los demás. Nos pide que le sirvamos en humildad. Dediquémosle un rato cada día. Cada familia necesita un guerrero de la oración. Se lleva a cabo la mayor de las batallas espirituales y necesitamos protección. Oremos sin cesar.
* Instrucciones de Jesús a Sta. Faustina Kowalska, sobre la vida interior
(Cfr. Diario, nn. 1684 y 1685, escrito el 1-V-1938; y n. 1701, escrito en mayo de 1938)
Hoy, durante la Hora Santa pedí al Señor Jesús que se digne instruirme sobre la vida interior.
Jesús me contestó: Hija Mía, observa fielmente las palabras que te voy a decir: no valores demasiado ninguna cosa exterior, aunque te parezca muy preciosa. Olvídate de ti misma y permanece continuamente Conmigo. Confíame todo y no hagas nada por tu cuenta y tendrás siempre una gran libertad de espíritu; ninguna circunstancia ni acontecimiento llegará a turbártela. No prestes mucha atención a lo que dice la gente, deja que cada uno te juzgue según le guste. No te justifiques, eso no te causará daño. Dalo todo a la primera alusión de petición, aunque fueran las cosas más necesarias; no pidas nada sin consultarme. Deja que te quiten incluso lo que te mereces; la estima, el buen nombre; que tu espíritu esté por encima de todo esto. Y así liberada de todo, descansa junto a Mi Corazón, no permitas que nada turbe tu paz. Discípula, analiza las palabras que te he dicho.
Hoy pedí al Señor que se dignara instruirme sobre la vida interior, porque de por mí no alcanzo a comprender nada ni pensar en nada perfecto. Y el Señor me contestó: He sido tu Maestro; lo soy y lo seré. Procura que tu corazón se asemeje a Mi Corazón manso y humilde. No reclames nunca tus derechos. Soporta con gran calma y paciencia todo lo que te pase; no te defiendas cuando toda la vergüenza recaiga sobre ti injustamente; deja que triunfen los demás. No dejes de ser buena si adviertes que abusan de tu bondad; cuando sea necesario Yo Mismo intervendré a favor de ti. Agradece por la más pequeña gracia mía, porque esta gratitud Me obliga a concederte nuevas gracias…
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