En 1962, varios miembros de nuestra familia fuimos testigos del "milagruco", ocurrido en Garabandal (San Miguel Arcángel dio la Sagrada Comunión a Conchita González). Ahora, cincuenta años después, esperamos que terminen de cumplirse las profecías de la Virgen. En este blog nos proponemos recoger -en castellano, inglés, francés, portugués, italiano...- algunos mensajes del Cielo a hombres y mujeres de Dios, en nuestros tiempos. Son continuación de lo que la Virgen anunció en Garabandal, entre 1961 y 1965. Si se leen despacio, son fuente de oración, y de amor a Dios y a nuestros hermanos de todo el mundo. Conviene advertir que, mientras caminamos en esta vida, vamos hacia la luz de la verdad a través de sombras e imágenes veladas. Por eso, no podemos alcanzar aún un discernimiento pleno de estos mensajes. Durante el "Aviso" el Señor disipará nuestras dudas e incertidumbres. Para comprender mejor el contenido del blog, se puede leer la página sobre GARABANDAL.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Enoc (19 dic 2011)


¡PUEBLO DE DIOS, YA TODO ESTÁ CONSUMADO!
DICIEMBRE 19 DE 2011 8:45 A.M.

   Gloria a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios, que la paz del Altísimo, este con todos vosotros, heredad de mi Padre.
LLAMADO DE SAN MIGUEL AL PUEBLO DE DIOS
   Hermanos, soy vuestro hermano Miguel, y hoy quiero deciros, que todo está por cumplirse conforme a la voluntad de mi Padre. Estáis en el no tiempo, la justicia divina está a punto de desencadenarse sobre todas las criaturas y la creación; ¿quién podrá resistirla?. ¡Ay de vosotros mortales, porque la justicia de Dios es recta e inexorable y viene a restablecer el orden y el derecho en todos los confines de la tierra!.
   Ya se acercan los jinetes de la justicia divina, vienen a derramar sus copas con toda clase de pruebas; alistaos pueblo de Dios, porque la hora ha llegado; estad listos para el combate espiritual, estad listos para que os unáis en oración a los ejércitos de mi Padre.
   Hermanos, ya estoy en medio de vosotros con todo el ejército de mi Padre, bajo la dirección de nuestra Señora y Reina; pedid nuestra protección y gustosos os la daremos. Los años que están por llegar serán de purificación, por eso preparaos para los acontecimientos que están por desatarse; os digo, que toda la creación y las criaturas serán purificadas, puestas a prueba y pasadas por el horno de la tribulación.     El que se aparte de Dios perecerá, porque sin Dios no sois nada. Acordaos de lo que os viene diciendo nuestra Señora: Estáis en los tiempos en que la prioridad debe ser la oración y el recogimiento.
   Os anuncio que los días de paz están por terminar, disfrutad de estos últimos días que mi Padre os regala, para que compartáis en familia; alabad la gloria de Dios y su misericordia, dad gracias al Dios de la vida, porque es eterno su amor. Todo está a punto de ser transformado, grandes cambios sufrirá vuestro mundo, que jamás mortal alguno había llegado a ver. Pueblo de Dios, ya todo está consumado. Muy pronto las aves os darán una señal, el universo entero comenzará un nuevo ciclo y todo cuanto conocéis cambiará.
   Esta creación pasará, junto con esta generación pecadora, el fuego de la justicia divina todo lo transformará y unos nuevos cielos, una nueva tierra y una nueva generación, serán el deleite de mi Padre. La paz, el amor y la vida en el Espíritu, anunciarán el tiempo de Dios. No perdáis pues hermanos el poco tiempo que os queda, por ir en busca de vanidades; aprovechad estos últimos días, para que os preparéis para la gran batalla espiritual; ¡despertad de vuestro letargo espiritual, pueblo de Dios!; permaneced unidos en oración y en obediencia a la voluntad e mi Padre; acatad las instrucciones que os daremos, para que caminéis tomados de la mano de nuestra Señora y Reina María y podáis llegar seguros a las puertas de la Jerusalén Celestial.
   Reconciliaos lo más pronto posible con la Trinidad Santa, porque cuando las trompetas de la justicia divina terminen de sonar ya no habrá marcha atrás. Aprovechad la última oportunidad de misericordia que mi Padre os dará, para que salvéis vuestras almas; que no os coja el llamado de mi Padre, sin estar preparados, para que no os lamentéis; por eso apresuraos a poner en orden vuestras cuentas, para que cuando llegue el Justo Juez, podáis ser justificados y no tengáis de qué lamentaros. La hora se acerca, el despertar de conciencias está tocando a la puerta de vuestras almas; velad y orad, porque todo está por comenzar.
   Invocad mi protección a todo instante y decid: Oh San Miguel Arcángel, Príncipe de la Milicia Celestial, sé mi custodio de noche y de día y junto con mi Madre María y mi Ángel de la Guarda, intercede por mí, para que pueda sobrellevar estos días de purificación; aceptándolo y ofreciéndolo todo por la salvación de mi alma, la de mi familia y el mundo entero. Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo, que se haga la santa voluntad de Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
   Soy vuestro hermano, Miguel Arcángel. Gloria a Dios, aleluya, aleluya, Aleluya, y paz a los hombres de buena voluntad.

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