16 de Enero de 2012, 14:50 hrs.
(ver aquí también los demás mensajes de enero)
Dice Santa María:
Amados hijos míos, recibid de vuestra Madre un beso y un abrazo inmenso desde mi Inmaculado Corazón. Quiero que sigáis el camino de mi Hijo, deseo que nunca abandonéis el sendero de la paz y del amor, que estéis presentes en todo momento junto a vuestros hermanos y os acompañéis en las largas fatigas y cuando se sienten abandonados y tienen el temor de perderos en un mundo que muchas veces de ellos os han olvidado totalmente, ahí sí tenéis que estar presentes siempre con la oración, con el rezo del SANTO ROSARIO, con la palabra, con el amor que yo, vuestra Madre, he depositado en vuestros corazones para que a su vez vosotros hagáis lo mismo con cada uno de ellos. Tenéis que haceros sentir que no están solos y que deberán comprender que estamos nosotros junto a nuestros amados hijos e hijas que están a nuestro lado en el REINO DE LOS CIELOS, tenéis que deciros que la presencia de CRISTO JESÚS siempre está al lado de cada uno, protegiéndolos y guiándolos rumbo al sendero de la luz, que jamás ha abandonado a uno sólo de sus rebaños y para ello ha dado su lugar a vuestros Pastores para que estén presentes acompañándolos por los largos desiertos y las fuertes tormentas que muchas veces atacan a cada uno de vosotros y son perseguidos por el dolor y las injusticias de aquellos que se encuentran trabajando en vuestro mundo para el ángel desterrado.
Por ello os ruego que nunca dejéis de estar unidos, de orar, de confesar vuestros pecados, de vivir comulgando y cumpliendo con cada uno de los SANTOS EVANGELIOS, recordad siempre, amados pequeños míos, que en la unidad de todos vosotros se encuentra la paz para vuestras almas y para toda la tierra, si vosotros sois conscientes y viven en plena armonía y estáis unidos a CRISTO JESÚS, si siguen sus pasos y habéis aprendido de lo que os dejó en el LIBRO SAGRADO y comenzáis a comportaros con total humildad y sencillez, dejando de lado toda ambición de poder y viven una vida dedicada a vuestras familias, a rescatar a vuestros hijos e hijas y comenzáis la primer Evangelización desde el mismo seno de vuestros hogares para estar fortalecidos, entonces después podréis salir a cumplir con mis pedidos a todos vosotros y llevar la palabra a vuestros vecinos e ir puerta por puerta llevando la luz y la Llama del Eterno Amor del Padre, Hijo y Espíritu Santo, trino, y del amor de vuestra Madre que os ama y siempre me encuentro al lado de cada uno de vosotros.
Hijos míos, volved a hacer crecer las vocaciones entre mis pequeños, haced crecer las conversiones, que entiendan que la única forma de vivir es estando siempre junto al SAGADO CORAZÓN DE JESÚS Y UNIDOS A MI AMADA IGLESIA, ORAD EN EL MUNDO POR VUESTROS PASTORES, PARA QUE TODOS AQUELLOS QUE HOY SE ENCUENTRAN APARTADOS DE SUS JURAMENTOS, DE SUS VOTOS, VUELVAN A RETOMAR EL SENDERO Y NO OS PIERDAN Y A SU VEZ NO HAGAN PERDER YA NUNCA MÁS EN LA INMENSA OSCURIDAD A NINGUNO DE SUS REBAÑOS.
Hijo, tenéis que comprender que tanto tú como todos vuestros hermanos del mundo, aquellos que he elegido, debéis hacer llegar mi palabra y derramar sobre todos los continentes la semilla del amor este año para hacer cambiar las posturas de muchos poderosos, o que se creen poderosos, porque frente a nuestros ojos no hay diferencias y ninguno es más que otro, todo lo contrario, aquel que nada posee pero vive feliz y en total armonía, ese, os puedo asegurar, no ha de tener ningún problema para ingresar, el día que os toque partir a la Vida Eterna, en el REINO DE LOS CIELOS. Por ello, vuestra inmensa labor es hasta el agotamiento, porque tenéis que hacer comprender a un mundo adormecido que deberá despertar de este inmenso y largo sueño para uniros todos, y a partir de la unión, volver a la CASA DEL PADRE.
Hijos amados míos, vuestro PADRE os está entregando por pedido de mi Hijo y por mí una oportunidad, porque sabemos que vais a cambiar y volveréis al sendero de la luz. Os ruego y os pido desde mi INMACULADO CORAZÓN, volved, no os detengáis, no permitáis que nadie os confunda y os desvíe del sendero. Os amo, pequeños míos, os amo y os ruego seguid sembrando la tierra con la semilla del amor y de la paz. Amén.
SANTA MARÍA MADRE DE LA IGLESIA.
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